Bloomington + Peluze. Sala Siroco. Amigos y familiares.

Viernes noche, sala Siroco y una par de buenas bandas de rock. Parecía un
plan perfecto, pero no todos deben pensar así. desgraciadamente, (o
afortunadamente, según se mire) en la calle San Dimas no se veía mucha
gente a eso de las 22 horas. El capo de la siroco custodiaba la entrada
como de costumbre. Tras entretener más de la cuenta a Peluze a la entrada
de la sala, uno de los hombres de Alfonso les advirtió: teneis hasta las 23
y luego sale Bloomington. Corriendo, todos hacia dentro. A los pocos
minutos, ya estaba Peluze en el escenario, y unas treinta personas, a lo
lejos, presenciaban los preparativos. No nos habían querido desvelar su
estilo, pero pronto pudimos apreciarlo. Quinta mejor maqueta para
mondosonoro en el año 2002, el sonido de Peluze recuerda a inglaterra y a
los USA. Su planteamiento vocal recuerda a las melodias líricas de
Radiohead, y su desarrollo musical recuerda al indie rock americano. Este
trio de Fuenlabrada nos dejó impresionados, no tanto a propios como a
extraños. Pese a las reminiscencias foráneas, Peluze son más que capaces de
demostrar personalidad propia, experimentar y buscar su propio sonido. En
los cerca de cuarenta minutos de concierto hubo momentos de cerrar los ojos
y dejarse llevar. Tienen cuatro canciones grabadas, pero su repertorio es
ya bastante más que el de una maqueta. A remarcar Emergency Exit Only, Push
To Open And Sound Alarm
y los dos últimos temas, en donde una
doble entonación del cantante (miembro también de Stoned Fish) nos recordó
incluso en momentos al DC Sound. Un concierto lleno de matices hecho por
un grupo con mucho por conseguir.

Poco después de Peluze llegarían las estrellas de la noche. La
presentación oficial en Madrid del nuevo trabajo de Bloomington, Kill The
Rock Stars We Were
. En frente nuestra y con menos público aun que Peluze,
aunque algo más apretado, se nos presentaban ataviados elegantemente de
blanco ariel y corbatas, calcetines y zapatos negros el trio cacereño.
Canción por canción fueron destripando su último trabajo, Kill The Rock Stars
We Were
, empezando por el principio: Introducing The Rock ya nos enfilaba hacia
una actuación cargada de energía y actitud. Su sonido, sucio, potente, guardando la
melodía pero machacando los instrumentos con fuerza, fue adueñandose de la Sala
Siroco. Sonaron prácticamente todas las canciones de este nuevo album. Hubo
momentos más íntimos, otros de contagioso sonido power pop como en St. Pauli
Neon Lights
(esta me encanta), pero lo que hubo sobre todas las cosas fue rock
escuela años 90. A destacar piezas como Julia, A quiet Life With My Wife, The Call
o New Days To Brave. El grupo rayó a un buen nivel practicamente en todo el
concierto. Una perfecta conjunción entre pose y sonido, entre actitud y desarrollo,
sabiendo controlar la tensión, amenazando con fuerza y parando con melodía
Pero hubo un pero. Poco antes del final, Bloomington jugaron a
experimentar. Y rigidez repetitiva fue lo que consiguieron. Un pequeño
punto negro en una bastante buena primera toma de contacto con el directo
de estos chicos.

Con noches como esta, es fácil darse cuenta. Estamos pagando la popularidad
del ártista en muchos casos más que la calidad del mismo. Peluze y
Bloomington cobraron 5 Euros por la entrada, y estuvieron a un excelente
nivel. Otros cobran 25 euros por actuaciones de 50 minutos... Conciertos
como el de la Siroco nos demuestran lo barato que puede ser disfrutar de
buena música.