Enon + Doss. Sala Siroco. Hasta los topes.

FOTOS CONCIERTO

Miércoles en Madrid y más gente de lo normal a la entrada de la sala
Siroco. Recordaba otras ocasiones en las que la sala acababa llenándose, y
así fue. El motivo, la visita a esta ciudad del trío de Brooklyn Enon. Pero
para abrir el fuego de la fría noche en Madrid, los locales Doss. Con su
primer trabajo casi recién estrenado y un buen número de conciertos detrás,
los madrileños hicieron un concierto que fue de menos a más, dividiendo
esta valoración precisamente a partir del ecuador de la actuación. Post
Rock inteligente con estructuras también cercanas al hardcore que
practicaban en Dischord a principios de los 90. Buena mezcla de tendencias
y buen resultado en directo. La banda iba creciéndose a medida que iba
avanzando el concierto, y lo que también iba creciendo era el calor en la
Siroco. Tras unos cuarenta minutos, Doss completaron su set de seis
canciones acercando a los presentes a la intimidad de su sonido. Cumplieron
muy por encima del aprobado aunque hay que mencionar que no guardaban
ninguna relación Doss con Enon.

En el momento en el que Doss acababan su actuación, la sala Siroco
alcanzaba sus topes de capacidad. El lleno era total y apretado. El set de
instrumentos de los madrileños se retiró y dio paso a un par de teclados
con sintetizadores y demás y el clásico guitarra - batería - bajo con el
que iban a desarrollar su actuación el trío de neoyorquino. Sin hacerse
esperar demasiado, John Schmersal y Toko Yasuda se enfundan guitarra y bajo
respectivamente y Matt Schulz se sube a los mandos de su batería, con ganas
los tres y empiezan a meter caña con Old Dominon. Si, a meter caña, por que
eso era lo que habían venido a hacer. Separándose de sus canciones más
sentimentales, empezaron el show en un arrebato punk desenfrenado repasando
las canciones más enérgicas de su repertorio. Sonaban temas de High Society
y de Hocus Pocus por igual. Machacando las cuerdas, las cajas y los
platillos, no dieron tregua hasta prácticamente pasada media hora. El calor
subía. Schmersal es puro espectáculo. Totalmente metido en el concierto,
bailando sin parar, haciendo ritmos, acercándose y metiéndose entre el
público, poseído por la música. En esto que nos empiezan a regalar otra de
las visiones de su música. Yasuda al micrófono para la ocasión
interpretando canciones mucho más de sala de baile, acercando su estilo al
j-pop con un regusto de elegancia gracias a las artes de esta mujer.
Monsoon, In This City, Daughter In The House Of Fools, alternando
continuamente sus dos discos. Sonaron también canciones nuevas, a ritmo de
funky incluso. Respaldando al dúo de cantantes, Schulz hacia un enorme
ejercicio rítmico en su batería, impresionante la fuerza que le da en
directo este hombre. El público rendido a los pies de Enon, y seguían
tocando. Otra vez cañeros, otra vez melosos, provocando, subiéndose por las
paredes y haciendo moverse a todos los presentes sin parar. Se aproximaron
al final, de nuevo punkis, con Utz, y lo remataron con The Power Of Ying
Yang
, haciendo sudar a todo el mundo y dejando casi sin aliento a más de
uno. Aquí no podía acabar esta fiesta, todos reclamábamos más. Nos
regalaron tres canciones más. Candy la primera, y primer acercamiento en
toda la noche a ese sonido más indie rock (eché de menos Spanish Boots)que
también practican sin vergüenza en sus discos y con un hipnótico final con
luces verdes. Y para concluir, más caña. La guinda la sirvieron
versionenando a Gun Club en su frenético Sex Beat. ¿Quien se acuerda ahora
del frío que hacía fuera?. Una fiesta con mayúsculas.

Toko Yasuda nos recordaba a mitad del concierto que era su primera visita a
España. Tratemos de recordarles que vuelvan cuanto antes.