Songs:Ohia + The Secret Society. Sala Sol. Algo más de media entrada.

En un ambiente casi familiar, la Sala Sol recogió a un puñado de madrileños
en busca del sonido de Jason Molina y sus compañeros de Magnolia Electric.
Entre la penumbra de la vieja sala, antiguos conocidos de otras
inolvidables ocasiones hacian religiosa espera frente al escenario. Con un
ambiente relajado, salieron al escenario The Secret Society para hacer los
honores de telonear a Songs:Ohia. El planteamiento de The Secret Society es
sencillo. Pop crudo cargado de folk norteamericano.La voz del cantante
principal, que rasga y susurra al sentir de quien la escucha, y la de su
compañero, haciendo justicia a su calificativo, escondiendo melódicamente
la voz principal con una entonación que recordaba a Ken Stringfellow en
ocasiones. Y delante de ellos, sus dos acústicas. Hubo dedicaciones (y eso
que al cantante 'no le gusta'), hubo momento de 'esta la he hecho yo solo y
la voy a cantar solo'. Hubo momento para 'esta canción que voy a versionear
me ha influido mucho' para tocar para sorpresa mia 'Uplight' de los
barcelonenses Aina. Y con agradecimiento por tocar con Songs:Ohia, se
pusieron a recoger los bartulos para dejar el escenario listo para Molina y co.

Cinco personas sobre la pista. ¿Dónde está Molina?. Suena 'Almost Was Good
Enough
', alargada, pausada, evasiva, y se acomoda por toda la sala, por toda
la gente. Y sale Molina del camerino, sin prisa, riendo. Se cuelga la
guitarra, mira a ambos lados, mira al frente, y comienza a raspar su
guitarra y a recitar la letra del cuarto corte de su nuevo disco, el que
venían a presentar, 'Magnolia Electric Co'. De aquí en adelante todo fue una
fiesta para los presentes. Ejecutando magnificamente el nuevo concepto de
banda que tiene Songs:Ohia (rumores de cambio de nombre por Magnolia
Electric, integrandose Molina en los supuestos músicos de acompañamiento).
Cada momento sobana a blues, sonaba country, sonaba Neil Young
experimentando con cada nota e instrumento. Cada miembro del grupo hacía a
la perfección su parte, quedandose agazapado cuando otro estaba
improvisando o ejecutando una parte de la canción determinada, para saltar
rápidamente al oir la señal de su turno. La habilidad del steel guitar es
increible, dotando a cada composición de un aurea envolvente y única. El
teclado dando un toque de elegancia a sus mandos, y haciendo pequeñas
incursiones de viento. El guitarra, con el alma totalmente entregada al
rítmico movimiento del rock y del blues. El bajo y el batería al mismo
nivel que sus compañeros, y en medio, Molina, mirando, haciendo gestos,
dirigiendo la función a la perfección. Sonó casi todo material de su último
trabajo, aunque la habilidad en directo de esta gente hacía que sonaran
como versiones totalmente distintas, y todas buenas. Y para cerrar el
ciclo, Molina dejo a la banda otra vez en escena, para despedirse con una
mini jam de cuatro o cinco minutos y con la gente olvidando que Molina ya
no estaba.

Si Jason Molina buscaba presentar Songs:Ohia como una banda de verdad, lo
ha conseguido al cien por cien. Estos chicos son tremendos.