The Fire Theft + Madee. Razzmatazz3. Cerca de 800 personas.

Bajar del avión y corriendo hacía la Razzmatazz para llegar justo a la hora
indicada. Una vez con el pie en tierra, la noche era propicia. Caían finas
gotas de lluvia y el ambiente parecía limpio. Desorientado, pero con la
fortuna de encontrarme justo al cruzar la calle con mis anfitriones,
subimos hacia la sala número tres cuando, todavía fuera, empezaban a oírse
los primeros compases del concierto de Madee.

La banda catalana había sido la escogida para abrir la única actuación de
The Fire Theft en la península en su gira invernal. Y no pudo ser más
acertada la elección. Su ritmo cadente y la voz de Ramón, iba acompañando
calidamente la espera ante el acontecimiento principal. En su propia
tierra, manejando a la perfección un escenario seguramente trillado por la
banda en ya más de una ocasión, hicieron su sonido ante un público amigo.
Todavía no estaba el aforo en su punto álgido, pero los que allí estábamos
pudimos disfrutar de temas de sus dos trabajos discográficos más cercanos.
Haciendo gala de un rock intenso y emocional, con reminiscencias ochenteras
en la voz y algunas baterías, canciones como Hide, The Greates Parties o
Economy situaron a los presentes en la atmósfera ideal para disfrutar de la
noche al completo. Perfecto prolegómeno para Enigk y compañía.

Acaba Madee y se empieza a preparar el escenario para The Fire Theft.
Momentos de alegre tensión se respiran en el ambiente. Por primera vez
Enigk y compañía (sin Hoerner y con otro repertorio, eso si) iban a
ejecutar su música en tierras peninsulares. En cuanto aparecieron en
escena, una sonrisa se esbozaba en cada rostro de la audiencia. Sin prisas,
se sitúan sobre el escenario mientras empieza a sonar los primeros indicios
de Uncle Mountain. Enigk, relajado y con un aspecto lejano a aquellos
primeros videos de Sunny Day Real Estate, se acerca al micrófono y
suavemente comienza a narrar su música. Por mucho que varíen las
estructuras entre una y otra banda, la voz de Enigk sigue siendo la misma.
Sin dar lugar a dos minutos de actuación, la carne se erizaba, los ojos
cerrados dejando dedicada toda la capacidad sensitiva a la percepción de la
lírica de los de Seattle.

Al impacto de emociones que supuso esa primera toma de contacto con la
banda, siguió Chain e It’s Over, dos canciones donde la calma y el sosiego
inicial se tornaron en furia rockera. Goldsmith tiene una soltura
impresionante al mando de su batería, llevando el peso en todo momento de
la parte musical. Mendel, en su esquina, a su concierto. Y Enigk, con
especial iluminación sobre él, era el punto fuerte de la noche. Era el
momento de encadenar mis dos temas favoritos del disco. Carry You (con el
azul invadiendo la sala) y Summertime sonaron de seguido, haciendo que
Barcelona y Madrid dejasen de tener sentido en mi mente, trasladando el
escenario a una localización indeterminada, fuera de todo esto.

La actuación siguió por sus derroteros, desarrollando el disco al completo
para el público. Una enorme Houses enfilaba el concierto hacia su recta
final. Waste Time, con Enigk enloquecido al final, moviendo la cabeza de un
lado para otro derrochando sudor en el ambiente, y Rubber Bands,
contundente en los cambios de ritmo y añadiendo una importante cantidad
lírica (como ya hacía Jeremy Enigk en los directos de Sunny Day Real
Estate) dejaron todo listo para la última canción. Sinatra y su extenso
final, dónde todos quedamos refugiados y con una placentera sensación de
victoria en los corazones. Y para completar la noche, un bis donde Enigk
anunciaba que por la corta discografía de la banda iba a interpretar un
tema antiguo, y el Explain de su The Return Of The Frog Queen fue el regalo
que hizo a los que siguen la música de esta gente desde el principio. Fue
uno de los momentos más íntimos de la noche, con Enigk ayudado por uno de
los músicos que acompañaban al trío, enfrentándose a una de sus más
sinceras composiciones. Y para acabar la noche, vuelta del grupo al
escenario, Enigk se sitúa en el teclado y Heaven colándose dentro del
espíritu de los presentes, apelando a los sentimientos más profundos de
cada uno.

Se van, pero hay anuncio final, pronto estarán de nuevo por aquí. La gente,
satisfecha. Para muchos, un sueño cumplido. Una experiencia inolvidable,
sólo con poner el cd en marcha algo en el interior de uno quiere hablar,
gritar. ‘My whole world is falling in love with you