Sala Aqualung. Practicamente entrada completa.

Y alli saltan. Era increible, tenia ante mi, de nuevo, a tres de mis mitos personales...

Al principio estaban algo frios, tanto ellos como el público, tocando de
manera profesional una tras otra las canciones fuertes del nuevo disco.
Pero pronto llego el espectaculo, pronto surgieron los verdaderos Yo La
Tengo
. Intercambiando de instrumentos en cada canción, poco a poco fueron
descubriendo por que llevan casi veinte años en la carretera: disfrutan con lo
que hacen. Ira Kaplan, en plan jefe de la expedición, marcaba el tempo del
concierto. Pasada una hora comenzaron a sonar sus clásicos. La melodia y
harmonia vocal conseguida por este trio era rapidamente desgarrada por los
gritos de la guitarra de Ira Kaplan, revolviendose, saltando, mordiendo,
pateando su instrumento... un ruido maravilloso que hacia a la gente
olvidar en donde se encontraba, y trasladarse al universo Yo La Tengo. Y
por supuesto, esta vez tampoco faltaron las notas de originalidad y
frescura que tambien les caracterizan; Nuclear War tocada a dos
baterias, versiones de clásicos, dedicatoria a Freddy Mercury y Lou Reed...
más esa energia punk adolescente que llevan tan dentro. Fue espectacular
cuando Ira pidio que le levantasemos entre todos por encima de nuestras
cabezas. Lo que empezo como un simple juego, termino convirtiendose en un
recorrido por toda la afición alli presente, y sin poner un pie en el
suelo, volvió al escenario.

A esas alturas habria pasado hora y media y el grupo ya se reía y se
veía en un buen ambiente, en un estupendo concierto. Y comenzaron los
bises. Los dos primeros más en plan break que otra cosa. Aqui sonaron temas
importantes de su discografia (From A Motel 6 y Big Day Coming seguiditas).

Si ya tenian al publico entusiasmado, ahora
empezaban a tenerlo emocionado, con los sentimientos a flor de piel. Y
empezaron a llegar los verdaderos bis. Se despedían, la gente aplaudía,
gritaba, silbaba, durante 5 o 6 minutos sin parar, y ellos volvian. "Thank
you, thank you so much", repetia Ira kaplan... era un amor verdadero.
Stockholm Sindrome empezo a sonar. Éste fue uno de los momentos más
bonitos. James McNew deslizaba su deliciosa voz por cada uno de los acordes
de este himno indie de los 90. Algo casi mágico. Y para tratar de cerrar,
Alyda, de sus primeros trabajos, todo muy sutil, haciendo evadirse poco a
poco toda esa carga de emoción para transformarla en un buenas noches y
dulces sueños. Las dos siguientes apariciones de este matrimonio más uno en
escena se llevaron los aplausos de un público agradecido por lo que
acababan de disfrutar. Otro par de canciones lentitas y todos quedaron
agusto. "Nos vemos en el Primavera, espero" nos recordó Ira Kaplan. Muchos
aplausos, muchas caras de satisfacción, muchos sueños cumplidos. Y ahora
solo me queda una pregunta: ¿cuando volverán por Madrid?. Os echo de menos
Yo La Tengo!